Canción nocturna - Benjamin Alire Sáenz

Benjamin Alire Sáenz | 2017|  Editorial Planeta | 303 páginas 

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¿Qué pasa cuando la misma pesadilla se repite cada noche? Es un monstruo que te atormenta: puede ser un secreto inconfesable, puedes ser tú mismo aferrándote al pasado que te lastima o puede ser el error de alguien más. ¿Estarías dispuesto a domesti­carlo? ¿A cantar hasta que tu voz apague su sonido?
Así es como Zach ha sobrevivido cada noche, can­tando hasta que el monstruo también concilia el sue­ño. Pero Zach tiene más problemas de los que ima­ginas. A sus dieciocho años lleva a cuestas una carga muy pesada y su adicción al alcohol no la aligera. Definitivamente tendrá que inventar una poderosa canción para adormecer al monstruo para siempre. 

Inicio la semana con un autor que ha estado en boca de muchos gracias a su novela ya muy conocida Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo. He visto la historia siendo reseñada tanto en booktube como en el mundo blogger que lo añadí en mi lista de próximas lecturas. Sin embargo, el mes anterior planeta Colombia lanzó canción nocturna del mismo autor. Siendo honesta no me encontraba muy convencida de leerlo porque a primera vista mi lado superficial aborrecía la cubierta, lo cual, no me hacía esperar algo increíble del libro (está bien, pueden darme un puñetazo por ese pensamiento). En estas semanas encontré la reseña en el blog de una amiga, por lo tanto, luego de pasar a no querer leerlo decidí darle una oportunidad. Al principio tuve cierto roce con la historia ya que me hice una idea equivocada, es decir, pensé que la temática era sobre un tema totalmente diferente al libro, no había leído muy bien la sinopsis y mentalmente tuve la errónea idea de relacionarlo con Aristóteles y Dante. Pensé que sería un romance LGBT, lo cual no fue así. Eso no quiere decir que el libro no me gustara, al contrario, una vez reinicié el chip en mi cabeza realmente disfruté la novela.

Zach es un joven de 18 años que no quiere recordar. Sabe muy poco sobre el sitio en el que está, un espacio para todas aquellas personas; jóvenes o adultos, que tienen sus propios monstruos, sus propias adicciones y voluntariamente están allí para cambiar. Zach a lo largo de su vida se volvió alcohólico, un poco drogadicto pero cierta situación lo lleva hasta aquel lugar que le hará poco a poco ver con otros ojos sus propios demonios. Narrado en primera persona desde su punto de vista, nos podemos adentrar en aquella laguna que es su mente. Pensamientos incoherentes, pasmosos, melancólicos, dubitativos, Zach es un personaje que hará de cierta manera recapitular en tu mente hasta envolverla y proyectar, sentir todo aquello que él piensa o siente. Todos aquellos bloqueos a quien no le permite entrar a nadie, ni siquiera a sí mismo.          

Lo maravilloso del libro es en definitiva la pluma del autor. Benjamin Alire Sáenz te arrastra consigo a una cabeza confusa, cerrada, cohibida, lastimada y resentida que se ha convertido Zach. Es el modo en que usa las palabras, en que agrupa cada una de ellas para transformarlas en algo real, doloroso. Se me dificulta decir realmente cómo me siento al leerle, puesto que como dije, la pluma del autor te deja sin aliento. Sin usar un vocabulario extenso en boca del chico nos hace adentrarnos, zambullirnos hasta vivir en carne y hueso los propios monstruos de él. Aunque la historia fuera dolorosa cuando poco a poco Zach nos va permitiendo conocerle sus más recónditos recuerdos, no solo tenemos la oportunidad de conocerle a él, sino que además podemos conocer al resto de personajes, sus temores, sus pesadillas, todas las grietas por las que tuvieron que atravesar.

"Quiero juntar todas las palabras del mundo y anotarlas en pedacitos de papel, y luego lanzarlos al aire. Parecerán pequeños gorriones volando hacia el sol. Sin todas esas palabras, el aire quedaría limpio y perfecto y azul. El mundo, que siempre ha sido ensordecedor, sería hermoso en medio de tanto silencio"

El personaje de Zach sin duda alguna me dejó en una neblina espesa. Hubo tanto altos y bajos que a veces me dejaba sin aliento. Al principio sentía cansancio ya que la historia únicamente se enfocaba en recordar y en reflexionar. Siempre vemos la misma estructura de Zach trayendo a colación cierto recuerdo de su familia y luego sentado junto a su grupo de apoyo, o frente a Adam, su psicólogo. Es difícil de describir a nuestro personaje protagónico siendo Zach un personaje confuso, complejo. Puede ser un joven de 18 pero a su mente llegan mil formas de pensar. Tiene tantos monstruos, recuerdos punzantes y muy pocos buenos recuerdos. Cuando nos adentramos en el Zach rememorando su pasado conocemos ciertas pinceladas de su familia, de cómo vivía, por ejemplo, el alcoholismo de su padre o la depresión de su madre, su hermano no se salva de ser un personaje igual o peor que los padres de Zach.

En el centro de rehabilitación conocemos a Adam, quien había dicho ya que era su terapeuta. Disfruté de él porque, aunque a simple rasgo se notase su profesionalidad, su presencia influyó en la vida de Zach, le mostró otros matices, otras perspectivas y poco a poco se convirtió en una figura respetable y de querer para el chico. Por otro lado, está Rafael, un hombre ya mayor que es también alcohólico, ha vivido situaciones estremecedoras y es con quien Zach tiene más afecto emocional. Rafael sin duda fue mi personaje favorito, sin omitir la relación entre estos dos que en verdad pudo tocarme cada fibra sensible. Sharkey se une al trío de compañeros para hacernos reír de cuando en vez, o tal vez estrellarnos la cabeza porque a veces puede ser cansino y moledor. Creo que cada personaje de igual manera tiene sus defectos, sus dificultades, pero asimismo es posible llevarnos algo de cada uno, sentir afecto emocional por todos y adentrarnos en la piel de todos junto a sus monstruos.

"Tengo esa idea en la mente de que cuando nacemos, Dios nos escribe cosas en el corazón. Verán... a algunas personas les escribe <<feliz>> y a otras <<tristes>>. En los corazones de unos pone <<loco>>, en el de otros, <<genio>>, y en  algunos más, <<enojado>>. [...] Él, con su bolígrafo, graba en nuestros corazones en blanco. Cuando fue mi turno, escribió <<triste>>." 

Defectos del libro pudo ser en realidad mi culpa por mi predisposición por encontrarme con algo totalmente diferente. Como conté al principio, creí que leería una historia totalmente diferente, y, por lo tanto, al leer y leer los capítulos sin encontrarme más que algunos recuerdos de Zach y después encerrado en aquella burbuja donde debe ir siempre al terapeuta solo o con los grupos de apoyo llegué a un punto donde pensé que lo iba a dejar realmente. Tampoco me gustó la anáfora usada y tan marcada en el libro, hubo demasiada redundancia o reiteración donde ya en muchas ocasiones se dejaba en claro.

"Tengo esta idea incrustada con fuerza en la cabeza: hay que nacer hermoso para soñar cosas hermosas. Dios no escribió hermoso en mi corazón. Así que me tocan sueños feos. Sueños feos para los chicos malos. Supongo que eso es lo que me corresponde. No hay nada que pueda hacer al respecto." 

En cuanto al resto puedo decirles que sí, que me gustó. Pueden llegar a ser los personajes muy confusos, proyectar todos aquellos recuerdos que nos permiten ver y estremecernos el corazón, llegarnos a tal profundidad con un solo golpe seco hasta dejarnos desorientados. La pluma del autor es el mejor punto a favor, en definitiva, creería que quizás sin su particular o peculiar forma de escritura el libro no me golpearía tanto. El mensaje que nos marca a fuego es evidente. Todos tenemos demonios, todos tenemos momentos de inestabilidad donde somos prisioneros de nosotros mismos, unos quizás más que otros por las circunstancias, pero a veces, simplemente nos rendimos, permitirnos que el mundo nos envuelva o hay veces en que decidimos envolver al mundo. El libro sin duda alguna te despezada en trozos y luego finalizada la historia, sueltas un suspiro de alivio con aquella conclusión gratamente preciosa. 

Cuando Zach recuerda sin duda el corazón se te removerá. En todo momento sientes la presión y la angustia de no desear mirar al pasado en busca de alguna respuesta, pero indudablemente el pasado siempre vuelve a él. Canción nocturna me sorprendió. Pensé realmente al principio que no iba a gustarme y de una u otra manera la historia se incrustó tanto en mí, me rodeó e hizo estremecerme. Es sin duda una novela que espero y toque a sus corazones del mismo modo que me tocó a mí, que me hizo estremecer y darme cuenta de que Dios escribió sensible llorica en mi corazón.  

¡CALIFICACIÓN! 

4.2/5